Donde en lo Micro está lo Macro

por Ari Ben

Acupuntura de mano coreana (Koryo Sooji Chim)

El descubridor del sistema fue el Dr. Yoo Tae Woo. Escribió: “Una noche de otoño en 1971, un dolor muy severo en la parte posterior de mi cabeza me despertó. Por alguna razón, miré fijamente la parte posterior de mi dedo medio. Se me ocurrió presionar allí con la extremidad de un bolígrafo y al hacerlo encontré un área realmente dolorosa. Entonces lo que hice fue insertar una aguja en este punto tan sensible. El dolor de cabeza cesó de inmediato“.

El Dr. Yoo Tae Woo verificó una de las tantas teorías de la Medicina Tradicional China: en lo micro está lo macro y viceversa. Al igual que sucede en Auriculoterapia, se puede acceder a las distintas partes del cuerpo solo apretando puntos específicos tanto en las manos (Koryo) o en las orejas (Auriculoterapia).

La terapia se realiza insertando agujas muy delgadas en el dorso y palma de las manos. Es muy pequeña la porción de la puntura y son muy eficaces los resultados. Hay varios niveles de tratamientos y su elección depende del tipo de patología en que se esté trabajando. Uno de esos niveles estaría comprendido con la correspondencia directa del dolor, otro con los Meridianos, etc.

Mapa de reflexología de manos coreana.

En general esta técnica la utilizo combinada con el Zen Shiatsu. Los resultados son muy buenos. En una sesión con un paciente hago masajes y en otra usamos acupuntura. La agujas se colocan con un aplicador. Otra de las ventajas es que al estar todo el cuerpo representado en las manos es más simple la colocación de las agujas y más rápido.
aplicador

Y para aquellos que de todas formas no quieren que se le coloquen estas micro agujas, se utilizan imanes o micro esferas de metal dorado o plateado para estimular los puntos acupunturales y moxibustión. Con esta última técnica se aplica calor en los puntos de acupuntura con moxa encendida; que es una hierba (denominada Artemisa).

¿Cómo es un tratamiento de Zen Shiatsu?

por Ari Ben

Un tratamiento de Zen Shiatsu se lleva adelante cuando acordamos (terapeuta y paciente) objetivos a alcanzar. ¿Qué quiere decir esto? En ponernos de acuerdo en cual o cuales son las metas a las que queremos llegar durante el tratamiento. Muchas veces sucede que lo que el paciente creía o sentía que era el motivo de su consulta, luego esto pasa a otro plano. O sea que el síntoma es sólo la punta de un iceberg.

En el transcurso de las sesiones y en la medida que se van cumpliendo las pautas, llega un momento entonces de un “barajar y dar de nuevo”; le pregunto al paciente si quiere que lleguemos a otro estadío o finalizamos el tratamiento.

Por ejemplo: una mujer de 35 años me consulta por una contractura ”histórica” me dice, en el cuello y hombro del lado derecho. Acordamos el objetivo: que la contractura desaparezca. Cuando viene a la tercer sesión ella me relata que no solo se le fue la contractura sino que se siente más relajada, que duerme mejor y que comienza a darse cuenta del mecanismo emotivo que aparece detrás de la contractura. Muy bien, es ahí donde le planteo si quiere trabajar, ahora y como nuevo objetivo, las emociones que disparan estas contracturas. Acepta y continuamos las sesiones. Fueron tres sesiones más hasta que pudo conocerse desde otro lugar. No precisamente del lado racional, sino, del energético- corporal.

En muchas ocasiones el paciente decide continuar pero ahora desde otro punto de vista sobre sí mismo. Desde un ”recordar” a su cuerpo y a volver a conectarse con su propia energía. Muchas veces el estrés, producto de la sociedad en que vivimos casi sin pausas, produce esta disociación. Olvidamos ”escuchar” al cuerpo. Es por ello que además de los masajes, acordamos qué cambios podemos ir haciendo en nuestra manera de vivir, como ser la respiración, el modo de comer, etc.

Tal vez las enfermedades no sean otra cosa que una estratagema de la Vida para que recordemos Quienes Somos.

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Reflexología , Masaje Californiano , Terapia craneosacra Upledger